La piedra es abundante y permite dibujar pequeñas formas filtrantes encajadas en el terreno, tan solo sostenidas por su propio peso, una roca acaricia a la otra sin el uso de cemento.
En la pared hecha de barro a la espera de su acabado final, di forma a una pequeña cavidad para alojar la humilde vela apenas adornada con un fragmento de liana, lo demás fue una fascinante luz.